lunes, 20 de julio de 2020

LA PROTECCIÓN DE DIOS


La humanidad está atravesando situaciones muy difíciles y adversas.  Situaciones en las que la mayoría de las personas recurren a Dios en busca de protección y ayuda.


Dios siempre tiene su mano tendida para ayudar a los suyos, y sobre todo, para acoger a aquellas ovejas descarriadas, que en los momentos de oscuridad, vuelven a dirigirse y guiarse por la luz Divina.
Pero ojo...!!! No olvidemos que todo lo que ocurre en este mundo, es consentido por Dios, y que tiene un objetivo concreto, aunque hoy nos sea incomprensible, e inaceptable.

Pondremos como ejemplo, como triste ejemplo, el de la persecución de los Judíos, por los Nazis.

Fueron asesinados cruelmente, más de seis millones de Judíos.  Y hoy nos preguntamos, como seguramente lo hicieran los Judíos, que lograban escapar de las manos de sus perseguidores, cómo pudo Dios permitir esa masacre que impunemente llevaron a cabo los nazis contra los miembros de su pueblo escogido?

Llegados a este punto, hay que aclarar que no es Dios, quien hace esas malas obras, es el hombre, el que comete esos y muchos atropellos sobre sus semejantes, mientras Dios horrorizado asiste desde el cielo al bochornoso espectáculo, sin poder intervenir, ya que si algo nos ha dejado Dios a todos y cada uno de nosotros, es "el libre albedrío".

Mediante el libre albedrío, el Señor nos ha dejado la libertad de escoger entre el bien y el mal, según nuestro criterio o albedrío, para hacer las cosas, incluso, para seguirlo o rechazarlo, para hacer el bien o permitir el mal.

De nada que hacen los hombres, podremos culpar al Señor, ya que son los propios hombres, de una forma u otra, los culpables de ello.  Por tanto, no debemos culpar a Dios, de aquello que hacen los hombres.

Cuando Dios ha considerado castigar a la humanidad, siempre ha tenido compasión de aquellos que han sido dignos de su benevolencia.

Recuerden casos como el de NOÉ, cuando le avisó con antelación del diluvio que causaría la inundación de la tierra y la extinción de todo el mal que se había extendido en ella.
La salvación de LOT, cuando el Señor consideró castigar la vida de desenfreno y pecado en la que vivían las ciudades de Sodoma y Gomorra.

Tal y como se relata en Génesis 19: 1-29

Empezaba a anochecer cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, que era el lugar donde se reunía la gente. Cuando los vio, se levantó a recibirlos, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente y les dijo:
Señores, por favor les ruego que acepten pasar la noche en la casa de su servidor.  Allí podrán lavarse los pies, y mañana temprano seguirán su camino. Pero ellos dijeron: No, gracias. Pasaremos la noche en la calle. Sin embargo, Lot insistió mucho y, al fin, ellos aceptaron ir con él a su casa.  Cuando llegaron, Lot les preparó una buena cena, hizo panes sin levadura, y los visitantes comieron. Todavía no se habían acostado, cuando todos los hombres de la ciudad de Sodoma rodearon la casa y, desde el más joven hasta el más viejo, empezaron a gritarle a Lot: ¿Dónde están los hombres que vinieron a tu casa esta noche? ¡Sácalos! ¡Queremos acostarnos con ellos
!Entonces Lot salió a hablarles y, cerrando bien la puerta detrás de él, les dijo:Por favor, amigos míos, no vayan a hacer una cosa tan perversa. Yo tengo dos hijas que todavía no han estado con ningún hombre; voy a sacarlas para que ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero no les hagan nada a estos hombres, porque son mis invitados.
Pero ellos le contestaron:¡Hazte a un lado! Sólo faltaba que un extranjero como tú nos quisiera mandar. ¡Pues ahora te vamos a tratar peor que a ellos!
En seguida comenzaron a maltratar a Lot y se acercaron a la puerta para echarla abajo, pero los visitantes de Lot alargaron la mano y lo metieron dentro de la casa; luego cerraron la puerta, e hicieron quedar ciegos a los hombres que estaban afuera.  Todos, desde el más joven hasta el más viejo, quedaron ciegos.  Y se cansaron de andar buscando la puerta.
Entonces los visitantes le dijeron a Lot: ¿Tienes más familiares aquí? Toma a tus hijos, hijas y yernos, y todo lo que tengas en esta ciudad; sácalos y llévatelos lejos de aquí, porque vamos a destruir este lugar.  Ya son muchas las quejas que el Señor ha tenido contra la gente de esta ciudad, y por eso nos ha enviado a destruirla.
Entonces Lot fue a ver a sus yernos, los prometidos de sus hijas, y les dijo:¡Levántense y váyanse de aquí, porque el Señor va a destruir esta ciudad!
Pero sus yernos no tomaron en serio lo que Lot les decía.
Como ya estaba amaneciendo, los ángeles le dijeron a Lot:¡De prisa! Levántate y llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas, si no quieres morir cuando castiguemos a la ciudad.
Pero como Lot se tardaba, los ángeles lo tomaron de la mano, porque el Señor tuvo compasión de él.
También tomaron a su esposa y a sus hijas, y los sacaron de la ciudad para ponerlos a salvo.
Cuando ya estaban fuera de la ciudad, uno de los ángeles dijo:¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas para nada en el valle.  Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida.
Pero Lot les dijo: Ustedes me han hecho ya muchos favores, y han sido muy buenos conmigo al salvarme la vida, pero yo no puedo ir a las montañas porque la destrucción me puede alcanzar en el camino, y entonces moriré.  Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, a la que puedo huir.  ¡Déjenme ir allá para salvar mi vida, pues realmente es una ciudad muy pequeña!
Entonces uno de ellos dijo:Te he escuchado y voy a hacer lo que me has pedido.  No voy a destruir la ciudad de que me has hablado, pero ¡anda!, vete allá de una vez, porque no puedo hacer nada mientras no llegues a ese lugar.
Cuando ya había amanecido y Lot había llegado a Sóar, el Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra; las destruyó junto con todos los que vivían en ellas, y acabó con todo lo que crecía en aquel valle.
Pero la mujer de Lot, que venía siguiéndole, miró hacia atrás y allí mismo quedó convertida en una estatua de sal.
Al día siguiente por la mañana, Abraham fue al lugar donde había estado hablando con el Señor; miró hacia Sodoma y Gomorra, y por todo el valle, y vio que de toda la región subía humo, como si fuera un horno.
Así fue como Dios destruyó las ciudades del valle donde Lot vivía, pero se acordó de Abraham y sacó a Lot del lugar de la destrucción.

Hay que diferenciar entre la voluntad de Dios, de castigar a quienes en su perversión se dedican a dañar los valores y mandamientos de su Padre Divino y la perversión del hombre en su afán de adquirir poder sobre los demás hombres, sin importarle satisfacer su ambición de poder y perversidad.
Cuando es el Señor quien quiere dar una lección al hombre y recordarle que por encima de sus ambiciones y maldad está su Padre, siempre manda un mensaje de advertencia a los suyos, para que se resguarden y pongan a sus seres queridos a cubierto del castigo Divino que no va destinado hacia ellos.
Pero cuando es el hombre en su perversidad el que actúa sobre sus semejantes, Dios, solo puede asistir despavorido ante la capacidad de hacer el mal del hombre que se entrega a Satanás para que le llene de sus poderes malignos, aún a costa de perder su alma para siempre.  Obtendrá poder en la vida terrenal, pero será un desgraciado permanente en la vida eterna.

Así reza Éxodo 20 : 5b-6

...porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la culpa de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

El aviso es claro en el Libro de los Salmos 11: 4-7

El Señor está en su Santo Templo, y tiene su Trono en el Cielo, y con los ojos bien abiertos, vigila atentamente a los hombres.  El Señor vigila a justos y a malvados, y odia con toda su alma a los que aman la violencia. El Señor hará llover sobre los malos brasas, fuego y azufre, y traerá un viento que todo lo quemará. ¡El Señor les dará su merecido! El Señor es justo y ama lo que es justo
¡por eso lo verán cara a cara los sinceros!


Dios actúa para detener el mal, ya que no va a permitir que quienes son gobernados por el mal, lleguen a gobernar su obra en la tierra.
Por esa razón en ocasiones se ha visto obligado a utilizar la fuerza para eliminar la maldad de la faz de la tierra, como en el caso del Diluvio Universal

Así se cuenta en el Libro del Génesis 5:11

Para Dios la tierra estaba llena de maldad y violencia, pues toda la gente se había pervertido.
Al ver el Señor que había tanta maldad en la tierra, le dijo a Noé: "He decidido terminar con toda la gente. Por su culpa hay demasiada violencia en el mundo, así que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero. Construye una barca de madera resinosa, haz cuartos en ella y tapa con brea todas las rendijas por dentro y por fuera, para que no pueda entrar el agua en la barca. Haz la barca con estas medidas: 135 metros de largo, 22 metros y medio de ancho y 13 metros y medio de alto. Hazla de tres pisos, con una ventana como a medio metro del techo y con una puerta en uno de los lados.
Yo voy a mandar un diluvio que inundará toda la tierra y destruirá todo lo que tiene vida en todas las partes del mundo. Todo lo que hay en la tierra morirá.
Pero contigo estableceré mi alianza, y en la barca entrarán tus hijos, tu esposa tus nueras y tú.
También llevarás a la barca un macho y una hembra de todos los animales que habitan en el mundo, para que queden con vida al igual que tú y los tuyos.  De forma que contigo entrarán en la barca dos animales de cada especie: tanto aves, como animales domésticos, de los que se arrastran por el suelo, para que puedan seguir viviendo.
Junta además toda clase de alimentos y guárdalos, para que tú y los animales tengan que comer"


Con esto queda claro que cuando Dios ha querido desatar su ira, esta ha sido siempre contra el mal y ha salvaguardado la vida de los suyos.
A diferencia de cuando el que actúa es el mal y la perversidad, que no tiene miramientos ni siquiera con los suyos.

El mal tiene como objetivo destruir toda obra de Dios, y como no le es posible actuar en el Cielo, tiene que actuar aquí en la tierra, hasta que Dios, decide parar su maldad y mandarles un castigo Divino, que limpie la iniquidad de la faz de la tierra.
Por lo que en su ceguera por extender el mal, nunca tienen medida ni límites, hasta que Dios, se los hace ver.

Por tanto debemos distinguir de cuando se trata de la ira de Dios, para castigar y erradicar el mal, y cuando es el mal el que busca erradicar todo vestigio del Bien.  De esa forma evitaremos culpar a Dios de lo que hace Satanás y recordar que Dios es nuestro padre que nos ama, nos protege y ayuda en la adversidad.
Solo actuará cuando vea el riesgo real de que el mal destruya su obra terrenal. Y para entonces nos avisará, para que su ira solo afecte al mal y sus seguidores.

1 comentario:

  1. Dios nos da libre albedrío, en nosotros está discernir y escoger el bien sobre el mal. Dios muestra su protección sobre nosotros así como también su disciplina, actúa como el buen padre que es y conocemos. 🙌🌞🙏

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