lunes, 3 de agosto de 2020

LOS SIETE PECADOS CAPITALES


Agnósticos y laicistas podrán discutir el término pecado , pero el de capital sí que es un dogma incuestionable en nuestro días, ya que todo lo contamina.

Parece que hoy el gran culpable de todo es el capital, o la especulación del capital. Le ocurre como a madre política , cuyo calificativo pervierte el más sagrado sustantivo.

Los siete pecados capitales surgieron de una lista de ocho vicios principales elaborada por el místico Evagrio Póntico en el siglo cuarto. Su obra inspiró los ensayos del monje y escritor asceta Juan Casiano.


Tiempo después, en el siglo sexto, el papa Gregorio I cambió la lista de los ocho vicios de Juan Casiano y la convirtió en la lista de siete pecados capitales o mortales de la teología católica romana, que después de más de 1500 años aún sigue vigente.

Para el papa Gregorio I los pecados eran capitales, o principales, porque generaban otros pecados, cosa en la que estoy totalmente de acuerdo son: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia, son los conocido como siete pecados capitales recogidos después por Dante Alighieri en La Divina Comedia, a los que se contraponían las siete virtudes: castidad, templanza, generosidad, diligencia, paciencia, caridad y humildad.

Como se habían quedado obsoletos para el mundo globalizado de hoy, el cardenal Gianfranco Girotti presentó en 2008 una lista actualizada con los llamados pecados sociales: no realizarás manipulaciones genéticas, no llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, no contaminarás el medio ambiente, no provocarás injusticia social, no causarás pobreza, no te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común y no consumirás drogas.

Sin duda la mentira es un ingrediente recurrente que se constituye en la piedra angular de un mundo que no funciona: nos mienten sobre nuestros orígenes, diferencias e identidades, sobre las guerras y sobre la paz, sobre los buenos y los malos, sobre los otros y sobre nosotros, sobre el pasado y sobre el futuro...

Después de que varios agentes sociales han pretendido adaptarlos a la nueva realidad social, sin que al menos para mi, tengan la más mínima señal de convencimiento, sigo pensando que los verdaderos pecados capitales son los originales, ya que en definitiva de ellos y en ellos se basan sus nuevas variantes.


De todas formas, me vale la pena tener en cuenta la opinión al respecto del pacifista Indio Mahatma Gandhi: riqueza sin trabajo, placer sin conciencia, conocimientos sin carácter, negocios sin moral, ciencia sin amor a la humanidad, religiosidad sin sacrificio y política sin principios.


1. lUJURIA  LEER MÁS -
La lujuria se basa en la excesiva presencia de pensamientos de tipo sexual y los pensamientos obsesivos sobre poseer lascivamente a otras personas, ya sean conocidas o imaginarias.

2. gula  LEER MÁS -
La gula se identifica con el ansia y la glotonería.  Es decir, el consumo excesivo de comida o bebida que también puede incluir el egoísmo que afecta a las relaciones interpersonales. Unos comportamientos destructivos que se basan en el abuso.  Hoy en día podríamos añadirle el apego al alcohol y los estupefacientes

3. avaricia  LEER MÁS -
La avaricia es un pecado capital que basa su máxima en el egoísmo. Es decir, la obtención de riquezas, mayormente materiales, con la finalidad de guardarlas sin compartir nada con los demás. Las personas que sienten avaricia también pueden gastar todas sus riquezas en cualquier momento sin contar con nadie para ello.

4. PEREZA  LEER MÁS -
La pereza radica en la incapacidad de una persona en realizar o aceptar algo. Un pecado que se basa en la falta de madurez y que suele perjudicar a otras personas a la hora de realizarlo.

5. IRA  LEER MÁS -
La ira tiene que ver con el enfado y el odio hacia los demás.  Un sentimiento incontrolable en muchas ocasiones, que puede ser tan agresivo como peligroso, pudiendo ocasionar daños irreversibles como el homicidio. La discriminación y el abuso sexual también forman parte del pecado capital de la ira.

6. ENVIDIA  LEER MÁS -
La envidia supone simplemente tener el continuo deseo de poseer aquello que otro tiene en su poder. En muchas ocasiones, esto se convierte en un trastorno obsesivo del que pueden desembocar múltiples enfermedades.

7. soberbia  leer más -
La soberbia se basa en ese deseo incontrolable de intentar ser o mostrarse siempre mejor que los demás. Es decir, creerse superior de forma física e intelectual que el resto de personas. Un pecado que resulta de la sobrevaloración del yo personal y que hoy se refleja mucho en algo que conocemos como «prepotencia»

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